Hace poco los jóvenes de Caldeum cayeron presa de las pretenciosas historias de unos magos delincuentes. Así es: hago uso del zafio término magos delincuentes, no hechiceros, pues parece que incluso el título de maestros de la magia civilizada es demasiado restrictivo para estos presuntuosos jóvenes. Por mis contactos en el Sagrario de Yshari de los clanes de magos, me cuento entre los pocos que en realidad conocen la verdad que se esconde tras los rumores que corren por nuestras calles acerca de este demonio que hace ostentación de su magia de suerte tan irresponsable.
Estos magos fueron enviados aquí para pasar los años de su formación bajo la tutela de los mejores magos del mundo. Pues bien, parece que descuidaron el hecho de enseñarle maneras en su isla natal, la isla de Xiansai, pues, desde el primer momento, fueron estudiantes groseros y poco dispuestos a colaborar. En un principio estuvieron bajo la dirección del clan de magos Zann Esu, con el tiempo transferidos a los Vizjerei con la esperanza de que su estricta y rígida disciplina quebrara su espíritu anárquico, mas incluso los instructores de los Vizjerei se consideraban incapaces de coercerlos.