- Ver también: Diablo (desambiguación)
Diablo, el señor del terror, es un demonio primario y enemigo final tanto de Diablo como de Diablo II y Diablo III. Sus hermanos son Baal y Mephisto.
Trasfondo
Diablo dirigía los Infiernos Abrasadores junto a sus hermanos Baal y Mephisto durante muchísimo tiempo, enfrascados en una guerra sin fin contra los Altos Cielos. El arcángel Inarius y Lilith, cansados de esta guerra eterna, decidieron crear un refugio a salvo de este enfrentamiento, Santuario. Junto a otros demonios y ángeles, poblaron el mundo de Santuario con sus propios hijos, que resultaron no ser ni demonios ni ángeles. Estos hijos son los Nephalem y Diablo vio un gran potencial en ellos.
La guerra se paró entonces, al ver los combatientes lo que había sucedido en Santuario. Los altos cielos, con Tyrael e Imperius a la cabeza, querían eliminar esta aberración. Diablo vio que los poderes de los Nephalem eran tremendamente poderosos y comenzó la Guerra del pecado. Cuando Tyrael y los ángeles vieron la bondad de la raza humana, decidieron abandonarlos a su propio destino, pero la Piedra del mundo sería como un seguro, haciendo que los Nephalem se volvieran menos poderosos.
Los demonios menores, cegados por su odio a los altos cielos, veían las acciones de los demonios primarios sobre Santuario como una distracción de la guerra verdadera y alentaron la revolución en el infierno. Los Tres fueron expulsados del infierno y terminaron en el mundo de Santuario, propagando el caos por donde pasaban.
Haciéndose pasar por Dialon, el espíritu de la determinación, Diablo guió a un grupo de fanáticos para intentar controlar el reino. El fracaso de este plan llevó a Tyrael a crear las piedras del alma y encargar a la orden Horadrim el encarcelamiento de los demonios primarios.
La piedra del alma de Diablo fue escondida en las profunidades de un monasterio horádrico que posteriormente sería el pueblo de Tristán. Cientos de años después, el poder de Diablo creció hasta corromper al rey Leoric, invadiendo sus sueños e intentando poseerle. Leoric consiguió resistirlo pero enloqueció.
Diablo también había atraído la atención del arzobispo Lazarus, el consejero de Leoric y con su ayuda consiguió que el rey se volviera contra su pueblo, ejecutando aquellos que le desobedecían y ordenando una guerra contra el reino vecino de Westmarch con quien mantenía relaciones amistosas. Cuando el príncipe Albrecht desapareció, hizo una gran purga del pueblo de Tristán, sin embargo, fue Lázarus quien había secuestrado a su hijo.
Diablo se dio cuenta de que, a pesar de que Leoric era demasiado fuerte para él, Albrecht no lo era. Diablo poseyó al pequeño Albrecht y lo transformó en su característica forma demoníaca.
Poco después empiezan los acontecimientos del primer juego de Diablo, el héroe se adentra en la catedral de tristán, atravesando laberintos, catacumbas y cuevas hasta alcanzar el infierno y derrotar a Diablo. Sin embargo, tras la derrota, el héroe decide incrustarse la piedra del alma de Diablo en su propia frente, esperando poder contener el demonio por sí mismo. Se vio en la necesidad de avanzar hacia el Este para enjaular a Diablo una vez más.
El héroe, ahora llamado el vagabundo, viajó por distintos reinos, invocando demonios en su camino mientras Diablo lo iba poseyendo lentamente. Diablo consiguió traer al mundo de Santuario a los demonios menores Andariel y Duriel que le ayudaron a avanzar en su camino para liberar a sus hermanos.
Con la compañía de Marius, el vagabundo perdió el control y se dirigió a las tierras de Lut Gholein y la tumba de Tal Rasha para liberar a Baal. Seguidamente se adentró en las selvas de Travincal y llegó hasta Mefisto. Los tres demonios abrieron una puerta al infierno, donde finalmente Diablo terminó de poseer el cuerpo del desdichado héroe.
En el infierno, Diablo preparaba la guerra de nuevo, pero nuevos héroes le siguieron y finalmente le derrotaron. La piedra del alma de Diablo fue destruida, encerrándolo para siempre en los infiernos abrasadores.
Sin embargo, la muerte de un demonio primario no es tan sencilla y no se sabe si la presencia de Diablo sigue viva en algún lugar...
v · d · e | Demonios |
Mal primordial: | Tathamet |
Males mayores: | Baal • Diablo • Mefisto |
Males menores: | Andariel • Azmodan • Belial • Duriel |
Tenientes del Pecado: | Cydaea • Ghom • Vidian • Zaboul • ¿Pereza? • ¿Codicia? • ¿Soberbia? |
Señores del Infierno: | Assur • Astrogha • Dirgest • Draxiel • Gulag • Hephasto • Ikonoth • Iskatu • Kabraxis • Lilith • Lucion • Na-Krul • Nereza • Rakanoth • Segithis • Skarn • Shenk • Thonos • Xazax • Zagraal; |
Las Fuerzas del Orden y el Caos
Las fuerzas del Orden están representadas por los habitantes de los Altos Cielos. Están dirigidas por un Concilio, formado por cinco Arcángeles: Tyrael (arcángel de la Justicia), Auriel (arcángel del Amor), Imperius (arcángel de la Guerra), Itherael (arcángel del Balance) y Malthael (arcángel de la Muerte).
Anteriormente Inarius (arcángel de la Creación) y hermano de Tyrael también formaba parte del Concilio... hasta que decidió exiliarse.
Las fuerzas del Caos moran en los Infiernos Abrasadores. Están dirigidas por los siete Demonios Mayores, que a su vez se dividen en dos grupos. Los Tres Hermanos son conocidos como los Demonios Principales: Baal (señor de la Destrucción), Mefisto (señor del Odio) y Diablo (señor del Terror). Los otros cuatro son conocidos como Demonios Menores y son: Andariel (dama de la Angustia), Duriel (príncipe del Dolor), Belial (señor de la Mentira) y Azmodan (señor del Pecado).
Entre los Demonios más poderosos también se encuentran los hijos de Mefisto: Lucion y Lilith, que a su vez es la madre de Andariel y que al igual que Inarius también decidió exiliarse.
El Gran Conflicto
Desde el origen de los tiempos Ángeles y Demonios se han enfrentado en una cruenta batalla. Los Ángeles defienden que el Orden es la única forma de que todo siga existiendo mientras que los Demonios aseguran que todo está basado en el Caos. A pesar de que la batalla se ha extendido a lo largo del tiempo infinito ninguno de los dos bandos ha conseguido nunca una cierta ventaja sobre el otro.
Con el paso del tiempo muchos Ángeles y Demonios acabaron cansados de una guerra sin fin y, por lo tanto, aparentemente sin sentido. Dado que lo que los unía, la indiferencia ante la Guerra, era mayor que lo que los separaba, la propia diferencia entre Ángeles y Demonios, los renegados de ambos bandos decidieron exiliarse juntos y buscar un nuevo lugar que habitar al margen de la Guerra. Entre los exiliados destacan especialmente por su poder el arcángel Inarius y la diablesa Lilith.
Inarius creó la Piedra del Mundo y a partir de ella el mundo de Santuario para que todos los renegados pudiesen habitarlo. Con el tiempo se establecieron relaciones entre los Ángeles y los Demonios dando fruto a una nueva raza: los Nephalem, la primera generación de hombres.
Al llevar en sus venas sangre de Ángeles y Demonios los Nephalem eran mucho más fuertes que sus progenitores y además tenían la capacidad de elegir si se inclinaban por el Orden o el Caos.
Inarius quería utilizar a los Nephalem como acólitos para aumentar su propio ego. Para ello modificó la resonancia de la Piedra del Mundo de tal forma que los Nephalem perdiesen su poder generación tras generación y creó una religión llamada “Catedral de la Luz” liderada por el Profeta, un alter ego de Inarius.
Lilith por su lado quería utilizar a los Nephalem y su enorme poder para destruir a las tropas Celestiales e Infernales y así acabar con el Gran Conflicto. Para ello modificó la resonancia de la Piedra del Mundo de tal forma que ciertos hombres recuperasen sus poderes. Posteriormente ella misma, disfrazada, los apoyó para que alcanzasen un mayor poder dentro de Santuario.
Aunque hasta el momento Santuario había pasado desapercibido al Cielo y el Infierno, los Tres Hermanos terminaron por descubrir su existencia. No habiendo sido suficiente eones de guerra para determinar un vencedor, deciden que tal vez la clave se encuentre en los Hombres y su capacidad para inclinarse por un bando u otro.
Sabiendo que una guerra en Santuario para obtener el poder de los Hombres revelaría la existencia de éste mundo a los Altos Cielos deciden hacerlo de forma más sutil, por lo que Mefisto envía a su hijo Lución a Santuario para que cree la religión del “Triune” liderada por Dialon, Mefis y Bala, alter egos de Diablo, Mefisto y Baal.
Debido a la enorme cantidad de poder que se desprendió de una de las batallas relativas a los conflictos entre Inarius y Lilith los Altos Cielos acaban descubriendo la existencia de Santuario. Los Ángeles se dirigen allí y encuentran a Inarius al que consideran un traidor por haberse exiliado.
Tyrael entrega a su propio hermano Inarius a los Demonios los cuales le torturan arrancando sus alas y desgarrando su perfecta piel con ganchos, después le encierran en una sala forrada de espejos para que contemple su monstruosidad durante toda la eternidad, un duro castigo si tenemos en cuenta el enorme ego de Inarius.
El Exilio Oscuro
Mientras tanto en el Infierno los cuatro Demonios Menores no alcanzan a entender por qué los Tres Hermanos dirigen sus esfuerzos hacia los Hombres en lugar de hacia la guerra contra el Cielo. Creyendo que después de tanto tiempo de guerra los Tres Hermanos tengan miedo de seguir enfrentándose a las tropas Celestiales los Demonios Menores organizan una rebelión que acaba con la expulsión de los Tres Hermanos al mundo de Santuario.
Como respuesta al hecho de que los tres principales demonios anden sueltos por Santuario Tyrael forja las Piedras del Alma. Tres piedras con suficiente poder mágico como para contener el espíritu de los demonios.
Tyrael reúne a los mejores magos de los distintos clanes de Santuario creando la orden de los Horadrim y les entrega las Piedras del Alma encargándoles la misión de buscar y destruir a los Tres Hermanos, encerrar sus espíritus en las Piedras y custodiarlas para que nunca más puedan resurgir.
El primero en caer es Mefisto, los Horadrim consiguen darle caza cerca de las selvas de Kehjistan. Su Piedra del Alma es enterrada en Travincal, en Kurast, bajo el Templo de la Luz, la principal sede de los Zakarum. La religión Zakarum fue creada por el arcángel Yaerius en oposición al culto del Triune creado por los Tres Hermanos. Con el tiempo la religión Zakarum se convirtió en la principal religión en Santuario al extender su influencia sobre las ciudades de Kurast y Caldeum, las dos ciudades más importantes del Este, llegando a eliminar a la anterior religión Skatsim tildándola de herejía.
El segundo en caer es Baal. Los Horadrim le localizan en los desiertos de Aranoch, cerca de Lut Golein. Durante la batalla su Piedra del Alma resulta fragmentada, siendo insuficiente su poder como para contener al demonio. El líder de los Horadrim, Tal Rasha, se sacrifica para convertir su cuerpo en una extensión de la Piedra. Pide al resto de Horadrim y al propio Tyrael que lo lleven al interior de una cueva, lo encadenen fuertemente, claven la Piedra en su pecho y sellen la cueva de tal forma que nada pueda escapar de allí. Adicionalmente se crean otras seis cuevas similares a la original para evitar que algún extraño llegue a encontrar al demonio y lo libere. A éstas cuevas se las conoce como las Tumbas de Tal Rasha.
Por último los Horadrim derrotan a Diablo en Khanduras, construyen un monasterio Horadrim con una extensa red de catacumbas y entierran la Piedra en lo más profundo, junto con multitud de tomos que contienen la extensa sabiduría de los Horadrim.
Con el tiempo la ciudad de Tristán se levanta alrededor del próspero monasterio, sin embargo, poco a poco el monasterio es abandonado y la orden de los Horadrim se disuelve entre leyendas.
Años después Leoric llega a Khanduras, hace de Tristán su capital y se autoproclama rey, ordenando convertir el antiguo monasterio Horádrico en una catedral Zakarum.
Mefisto, el primero de los tres hermanos en ser encerrado, es el primero en conseguir liberarse de su prisión mágica corrompiendo la Piedra. Consigue extender su corrupción a todos los miembros del Consejo Zakarum que se encuentran en el Templo de la Luz bajo el cual fue enterrado. Entre otras cosas les ordena la construcción de un Orbe con el que extender su influencia corruptora por todo Kurast y a la vez proteger la entrada a la Sala del Odio, que es donde él se encuentra.
Mefisto utiliza su poder sobre el Consejo Zakarum para enviar al joven (y manipulable) arzobispo Lazarus a Tristán para que se convierta en el consejero del Rey Leoric. Lazarus, atraído por las conocimientos que se ocultan en la catacumbas construidas por los Horadrim, decide descender en busca de los tomos, quedando al alcance de la influencia de Diablo, que ya ha conseguido corromper gran parte de la esencia de su Piedra del Alma.
Diablo convence a Lazarus para que le libere de la Piedra. Una vez fuera intenta poseer al rey Leoric, pero éste resulta ser muy fuerte, por lo que a pesar de entrar en un profundo estado de locura consigue evitar ser poseído. Lazarus entonces secuestra a Albrecht, el único hijo de Leoric, para que Diablo lo posea. Leoric entra en un estado de locura aún mayor tras la desaparición de su hijo y Lazarus, corrompido por Diablo, le aconseja que envíe su ejército a una guerra (suicida) contra Westmarch, un reino vecino mucho mayor.
Con las tropas fuera Lazarus reúne a varios habitantes de Tristán y los envía a las mazmorras en busca de Albrecht, sin embargo, es una trampa, en las catacumbas encuentran un demonio carnicero enviado por Diablo que acaba con todos ellos sembrando el terror en Tristán.
Cuando las tropas vuelven derrotadas de la guerra, se enteran de lo ocurrido y observan el estado de locura del Rey. Lachdanan, teniente de las tropas, decide que lo mejor es acabar con su vida antes de que siga cometiendo más locuras. Con su último aliento el Rey maldice a aquellos que lo han asesinado y, efectivamente, durante su entierro Leoric resucita convertido en el Rey Esqueleto para acabar con el teniente y aquellos que lo apoyaron.
Diablo I
Nota: aunque en el juego se puede elegir entre tres clases distintas (Guerrero, Arpía y Hechicero), por motivos de integridad de la historia, el Lore oficial recoge que los tres héroes llegan a Tristán, pero el que acaba con Diablo es el Guerrero.
En ésta situación llega a Tristán un héroe que irá conociendo a los distintos habitantes de la ciudad: el joven Wirt, el herrero Griswold, el sabio Deckard Cain, la bruja Adria y otros tales como el posadero y la chica que sirve las mesas.
Entre las diferentes misiones tendrá que derrotar al Rey Esqueleto antes de que éste levante un ejército de no muertos, derrotar al demonio carnicero invocado por Diablo y destruir al arzobispo Lazarus.
Finalmente el héroe se enfrentará al propio Diablo, que se encuentra tomando posesión del cuerpo del príncipe Albrecht. Aunque durante la batalla Diablo muestra una apariencia demoniaca tras ser derrotado su cuerpo se convierte en cenizas, entre las cuales podemos ver el cuerpo de Albrecht con la Piedra del Alma de Diablo incrustada en la frente.
Sabiendo que la Piedra ha sido corrompida por Diablo y que por lo tanto ya no posee el poder suficiente como para retener el espíritu del demonio el héroe decide sacrificarse clavándose la Piedra en la frente para intentar contener a Diablo con su propio cuerpo.
Varios días de fiesta tuvieron lugar en Tristán tras la victoria sobre Diablo, sin embargo, durante esos días el héroe se mostraba más y más distante y encerrado en sus pensamientos. La esencia de Diablo iba cobrando fuerza dentro de él, convenciéndole de que debía dirigirse al Este para encontrar la redención.
Diablo II – Prólogo
Influenciado por Diablo el héroe inicia su marcha hacia el Este convertido en el Nómada Oscuro. Poco después de abandonar Tristán una horda de demonios arrasa la ciudad asesinando a todos sus habitantes.
En su camino es paso obligado el Monasterio de las Hermanas del Ojo Ciego, una hermandad de arpías monjas-guerreras expertas en el uso del arco, a pesar de su nombre. Aunque el objetivo de ésta hermandad a lo largo de los siglos a sido defender el único paso hacia el Este el poder de Diablo en un su nuevo cuerpo es demasiado grande. La mayoría de las hermanas son asesinadas o corrompidas y las pocas supervivientes se ven obligadas a huir.
Diablo invoca a Andariel (nieta de Mefisto) en el monasterio para que vigile el paso hacia el Este e impida que nuevos héroes puedan ir tras él para darle caza y evitar que libere a sus hermanos. Andariel fue una de los cuatro Demonios Menores que expulsaron a los Tres Hermanos del Infierno, el hecho de que hayan sido perdonados y vuelvan a trabajar juntos no puede significar nada bueno.
Siguiendo su camino el Nómada entra en una taberna, a pesar de intentar autocontrolarse Diablo se apodera de él y libera sus poderes, incendiando la taberna e invocando gran cantidad de pequeños demonios que acaban con la vida de todos los que se encuentra en la taberna. De todos menos de uno, un famélico y borracho hombre llamado Marius no resulta atacado en ningún momento y después de lo sucedido de alguna forma se ve extrañamente obligado a seguir al Nómada en su viaje.
Diablo II
Un grupo de héroes (una Amazona, una Asesina, un Bárbaro, un Druida, una Hechicera, un Nigromante y un Paladín) llega al Campamento de las Arpías, un pequeño poblado donde se reúnen las pocas supervivientes del ataque al Monasterio y un puñado de personajes más.
Entre las misiones que deben completar los héroes antes de poder abandonar el Campamento de las Arpías se encuentra la de rescatar al sabio Deckard Caín que se encuentra enjaulado en Tristán tras el ataque de la horda demoniaca.
Al regresar a Tristán en Diablo II podremos observar los cadáveres del tabernero y su ayudante en el mismo lugar en el que solían estar en vida en Diablo I, así como a Griswold convertido en un no muerto y a Deckard Caín encerrado en una jaula. No encontraremos a la bruja Adria ya que se marchó de Tristán justo antes del ataque y presumiblemente podremos verla de nuevo en Diablo III.
En la entrada de la ciudad encontramos el cadáver de una vaca en referencia al nivel secreto de las vacas. Y también podemos encontrar el cadáver de Wirt partido por en dos por la cintura. Según el Lore oficial Wirt es la primera víctima de las vacas poseídas, de ahí que su pata de palo sea un “ingrediente” necesario para acceder a dicho nivel.
También deberán derrotar a Cuervo Sangriento, la Arpía que podíamos manejar en Diablo I y que al parecer también ha sido corrompida por Diablo a pesar de no haberse sacrificado de igual forma que el Guerrero. Y a la Condesa, una diablesa que tiene por hobby bañarse en la sangre de vírgenes asesinadas.
Finalmente derrotarán a Andariel liberando así el paso hacia el Este que les permitirá seguir la pista del Nómada.
Los héroes llegan a Lut Gholein, situada en los desiertos de Aranoch. Allí obtendrán el poderoso Cubo Horádrico con capacidad para transmutar objetos y deberán conseguir la Vara Horádrica que les permitirá desbloquear la entrada a la verdadera tumba de Tal Rasha, donde supuestamente está enterrado Baal.
Sin embargo al llegar se encuentran con que Baal ha sido liberado y en su lugar se encuentra Duriel protegiendo la tumba para que no puedan perseguirlos mientras se reúnen con el tercer hermano. Tras derrotar a Duriel encontramos a Tyrael que había sido hecho prisionero en el interior de la cueva.
Al parecer el Nómada Oscuro y su acompañante Marius habían conseguido encontrar la verdadera tumba de Tal Rasha y estaban a punto de liberar a Baal cuando llegó Tyrael. Sin embargo Baal consigue engañar a Marius haciéndose pasar por Tal Rasha, cuyo cuerpo y mente ya ha consumido completamente, para que éste le arranque la Piedra del Alma y así liberarle. Tyrael encarga a Marius que se dirija a la Forja del Infierno para destruir la Piedra de Baal mientras él se enfrenta a los dos hermanos, que finalmente le superan y le encadenan dentro de la cueva, invocando a Duriel para proteger su camino hacia Mefisto.
Duriel es uno de los Demonios Menores que se rebelan contra los Tres Hermanos llegando a expulsarlos. Por lo visto, al igual que Andariel, Duriel se ha ganado el perdón de los Hermanos y ahora vuelve a servirles.
Tras derrotar a Duriel y liberar a Tyrael los héroes se dirigen a los muelles de Kurast. Kurast es una ciudad situada en las selvas de Kehjistan en la mitad Este de Santuario. La corrupción de Mefisto se ha extendido por todo Kurast y la mayor parte de la ciudad ha sido arrasada, solo los muelles sobreviven a la corrupción gracias a un hechizo de barrera protectora lanzado por Ormus.
Durante su estancia en Kurast los héroes deberán reunir las reliquias de Khalim. Khalim fue el único miembro del Consejo Zakarum del Templo de la Luz que resistió la corrupción de Mefisto, por ello el demonio ordenó al resto del Consejo que lo asesinasen, lo descuartizasen y esparciesen sus miembros por todo Kurast. Deckard Cain cuenta a los héroes como transmutando las reliquias en el cubo horádrico se obtiene un poderoso arma llamado Voluntad de Khalim que es el único objeto capaz de destruir el Orbe que protege la entrada a la Sala del Odio donde se encuentra Mefisto.
Tras encontrar las reliquias héroes se dirigen a Travincal donde deben derrotar a todo el Consejo Zakarum y destruir el Orbe para llegar hasta Mefisto. Aunque los héroes consiguen derrotar al demonio se encuentran con que una vez más llegan demasiado tarde. Diablo, que ya ha tomado posesión total del cuerpo del Nómada, y Baal habían conseguido llegar a Travincal antes que ellos. Los Tres Hermanos vuelven a reunirse de nuevo tras siglos de encarcelamiento en sus respectivas Piedras del Alma y sin tiempo que perder abren un portal que los lleva de nuevo al Infierno, mientras Mefisto, protegido por su influencia sobre el Consejo Zakarum se queda en Travincal protegiendo la entrada que acaban de crear.
Tras el Exilio Oscuro los demonios Belial y Azmodan se disputan el liderazgo de las Fuerzas del Caos, las tropas infernales se dividen en dos bandos, cada uno de ellos apoyando a uno de los candidatos, y entran en una guerra civil debilitando sus defensas ante las tropas celestiales, hecho que es aprovechado por los Ángeles para construir un bastión en las mismas puertas del Infierno, la Fortaleza del Pandemonium. Allí se dirigen los héroes tras derrotar a Mefisto con la intención de dar caza a sus otros dos hermanos.
En primer lugar los héroes deben derrotar a Izual. El arcágel Izual era el lugarteniente de Tyrael, desafortunadamente fue capturado por las Fuerzas del Caos durante su asalto a la Forja del Infierno para evitar que la legendaria espada demoniaca “Shadowfang” fuese forjada. El cuerpo de Izual es destruido y su espíritu es encerrado en el cuerpo de un Balrog, su voluntad es finalmente doblegada por las influencias oscuras convirtiendo a Izual en un fiel vasallo del Caos que, entre cosas, revela a los Demonios como corromper la esencia de las Piedras del Alma para poder escapar de ellas.
Después se dirigen a la Forja del Infierno para destruir la Piedra del Alma de Mefisto, obtenida tras derrotarle, y de paso matar al Herrero.
Finalmente deben enfrentarse a los generales de Diablo y a Diablo mismo, obteniendo su Piedra del Alma que destruyen en la Forja.
El Señor de la Destrucción
Aunque Tyrael encargó a Marius viajar a la Forja del Infierno y destruir la Piedra del Alma que había arrancado a Baal, éste no tiene el valor suficiente para afrontar la misión. En su lugar las horribles visiones que padeció en su viaje junto al Nómada hacen que termine encerrado en un asilo para dementes.
Baal, el último de los hermanos que aún sobrevive, disfrazado con una capa y una capucha encuentra a Marius en el asilo y haciéndole creer que es Tyrael le obliga a entregarle la Piedra del Alma que aún conserva para después matarle.
Baal entonces reúne a su ejército y se dirige al Monte Arreat donde se encuentra enterrada la Piedra del Mundo. Aunque la Piedra está protegida por los Antiguos, Nihlathak, uno de los ancianos de Harrogath, (ciudad donde se encuentra el Monte Arreat), traiciona al resto del pueblo Bárbaro y hace un pacto con Baal entregándole la Reliquia de los Antiguos, un objeto que evita tener que enfrentarse a los Antiguos para acceder a la cámara donde se encuentra la Piedra del Mundo, a cambio de que Baal no destruya Harrogath.
Los héroes persiguen a Baal hasta Harrogath, derrotan al traidor de Nihlathak, se enfrentan a los ancianos y finalmente consiguen llegar a la cámara de la Piedra del Mundo para derrotar a Baal.
Sin embargo, una vez más, llegan tarde. Baal ha corrompido la esencia de la Piedra del Mundo de forma irreversible. Para evitar que poco a poco ésta esencia corrupta llegue a corromper a todos los habitantes de Santuario Tyrael se ve obligado a destruirla. La colosal explosión destruye el Monte Arreat, fragmenta las tierras de los Bárbaros creando nuevas islas y diezma considerablemente las tropas de Baal que allí se encontraban.
La Piedra del Alma de Baal no es recogida en ningún momento y se supone que es destruida en la explosión, o más probablemente, dado que al parecer las piedras solo pueden ser destruidas en la Forja del Infierno, queda enterrada entre los escombros.
Diablo III
Ya han pasado 20 años desde que un grupo de legendarios héroes acabase con los Tres Hermanos, las historias de demonios y hordas de Caídos que torturaban y asesinaban se han perdido en la leyenda convirtiéndose en cuentos para asustar a los niños, pero el Mal vuelve a caminar por Santuario. Nuevos héroes acuden para correr nuevas aventuras y enfrentarse a los nuevos peligros pero quizás aún haya lugar para algunas viejas glorias...