El suceso conocido como el Exilio Oscuro se refiere a la expulsión de los Tres Grandes Males a Santuario. Este levantamiento fue protagonizado por los Males Menores, siendo los artífices de dicha revolución Belial, Señor de la Mentira y Azmodan, Señor del Pecado.
Extracto de "Librarius Ex Horadrim, Book One: Of Heaven and Hell"
El Exilio Oscuro
Los Males Menores, Andariel, Duriel, Azmodan y Belial, pueden ser considerados como deidades menores de el Infierno. Por incontables años cada uno ha regido sus propios dominios en los Infierno Abrasadores, poseyendo un poder absoluto sobre los demonios que les seguían. Mientras que los Males Menores tan sólo tenían influencia en los que se hallaban en sus reinos, los Tres Grandes Males tienen todo el Infierno a su disposición.
Los Tres Hermanos se han impuesto frente a los Cuatro Menores mediante astucia y fuerza. Siendo los más antiguos y poderosos de los Males, Los Tres Males han sido responsables de incontables victorias sobre las fuerzas de la Luz. A pesar de que nunca han obtenido una ventaja muy duradera frente a los Altos Cielos, son temidos por sus enemigos.
Con la aparición de el Hombre y el consiguiente estancamiento del Gran Conflicto, los Tres Hermanos comenzaron a centrar sus esfuerzos en la perversión de las almas mortales. Se dieron cuenta de que el Hombre era la clave para conseguir la victoria sobre los Altos Cielos. Este cambio de mentalidad respecto a sus objetivos hizo que los Males Menores se cuestionasen la autoridad de los Tres, lo que les condujo a confrontarse con los Males Fundamentales y sus sirvientes.
En su ignorancia, los Males Menores comenzaron a creer que los Tres temían continuar la guerra contra los Cielos. Frustrados por el cese del conflicto, Azmodan y Belial vieron la situación como su oportunidad para imponerse sobre los Males Fundamentales y adueñarse del Infierno. Los dos señores demoníacos hicieron un pacto con Andariel y Duriel, convenciéndoles de que la humanidad no determinaría el resultado del Gran Conflicto. Belial y Azmodan elaboraron un plan para terminar con el estancamiento, conseguir la victoria en la Guerra del Pecado y finalmente centrarse en conducir a los Infiernos Abrasadores a la victoria, acabando con los Altos Cielos. Por tanto, la gran revolución iniciada para destronar a los Tres Hermanos había comenzado...
Los Tres Grandes Males lucharon con todo su poder, aniquilando la tercera parte de las legiones del Infierno. Sin embargo, al final, fueron superados por las legiones de Azmodan y Belial. Los Tres Hermanos, debilitados y sin cuerpo, fueron desterrados al reino mortal, donde Azmodan creía que no podrían escapar. El Señor del Pecado creyó que con los Tres vagando por la humanidad, los Altos Cielos centrarían su atención en Santuario, desprotegiendo las Puertas de los Cielos. Los pocos esbirros que quedaban de los Tres Hermanos sufrieron la ira de Azmodan y Belial, viéndose obligados a viajar al mundo mortal para buscar a sus maestros perdidos.
Según se apagaba el gran conflicto acaecido en los Infiernos Abrasadores, Azmodan y Belial comenzaron a discutir quien ostentaría la mayor autoridad. El pacto que crearon pronto desapareció, ya que cada demonio se levantó contra el otro. Las legiones de los Infiernos que sobrevivieron fueron enfrentadas a cada señor demoníaco, empezando así una cruenta guerra civil que ha durado hasta nuestros días...
El Encarcelamiento de los Tres
En los días antiguos, antes del auge de los Imperios del Oeste, las oscuras y terribles entidades conocidas como los Tres Males fueron desterrados al mundo del Hombre. Estos seres eternos vagaron por el mundo y pronto comenzaron a expandir el caos allá donde iban. Los Males opusieron a padres contra hijos y confrontaron a grandes naciones. Su hambre para traer sufrimiento y dolor a todos los que no se inclinasen ante ellos era insaciable, por lo que los Tres Hermanos afligieron las lejanas Tierras del Este por numerosos siglos.
Sin embargo, una orden secreta de mago mortales fue reunida por el Arcángel Tyrael. Estos hechiceros iniciaron la búsqueda de los Tres Males para detener su frenesí. La orden, conocida como los Horadrim, estaba formada por magos de diversos clanes del Esta. Utilizando toda la magia que tenían a su alcance, esta hermandad tuvo éxito en la captura de dos de los Hermanos, los encerraron en poderosos artefactos llamados Piedras del Alma. Mefisto y Baal, atrapados bajo el poder de las Piedras del Alma, fueron enterrados bajo las dunas de las desoladas Arenas del Este.
Los poderes del Odio y la Destrucción parecieron disminuir en el Este al mismo tiempo que una tímida paz parecía alzarse. Sin embargo, los Horadrim continuaron por varias décadas la búsqueda del tercer Hermano, Diablo. Sabían que mientras que el Señor del Terror permaneciese libre, no habría paz en la humanidad.
Los Horadrim siguieron el rastro del terror y la anarquía a través de los Reinos del Este. Después de una gran batalla que se cobró las vidas de muchas almas valientes, el Señor del Terror fue capturado y apresado con la última de las Piedras del Alma por un grupo de monjes Horádricos liderados por Jered Cain. Estos monjer llevaron la piedra maldita a las tierras de Khanduras y la enterraron en una cueva cercana al río Talsande. Por encima de esta cueva los Horadrim construyeron un gran Monasterio desde el cual podrían continuar con la tarea de proteger la Piedra del Alma. Según pasaban los años, los Horadrim construyeron una red de catacumbas bajo el Monasterio para recordar a los mártires de su Orden.
Las generaciones pasaron en Khanduras y el número de los Horadrim se reducía lentamente. Sin ninguna misión que cumplir, la Orden cayó en el olvido. El gran Monasterio que construyeron se sumió en la ruina. A pesar de todo, se instauró un poblado alrededor del viejo Monasterio. Lo que ninguno sabía era de la existencia de los oscuros pasadizos que se extendían bajo sus pies. Ninguno podía imaginar el mal que allí dormía...
El Plan Maestro revelado
En Diablo II se reveló que los Tres Hermanos, junto con el Ángel Caído Izual planearon su propio exilio. Se dejaron capturar y encerrar en las Piedras del Alma ya que Izual les informó del poder de las piedras y de cómo corromperlas. Con el poder combinado de las Piedras del Alma bajo su control, los Tres Males se convirtieron más poderosos que nunca.