"Todos alaben a Diablo, Señor del Terror, sobreviviente del Exilio oscuro. Cuando mi amo despertó de su largo sueño, me reveló secretos que pocos mortales conocen. Me dijo que el cielo y el infierno entablan una guerra eterna. Y me dio a conocer los poderes que han traído discordia a los reinos del hombre. Mi maestro ha venido a terminar esa guerra a nuestro mundo. Los mortales han llamado a esa batalla "La Guerra del Pecado".
Un tomo en Diablo I.
El Gran Conflicto, o el eterno conflicto, es el nombre de la lucha interminable entre las fuerzas de la Luz y las de la Oscuridad, también conocida como los Altos Cielos y los Infiernos Abrasadores. Su continuidad en el plano mortal que se conoce como la Guerra del Pecado.
El eterno conflicto[editar | editar código]
La guerra entre los dos bandos se libró principalmente en el reino del Pandemonium, ya que ambos lados lucharon por el control de la Piedra del Mundo. Se dice que quien controle la Piedra del Mundo tiene la capacidad de moldear la realidad y crear vida y mundos casi sin restricciones. Los ángeles usaron la piedra para crear mundos de perfecto orden de acuerdo con sus ideales. Los demonios lo usaron para crear motores de aniquilación y mundos de destrucción, terror y odio. Sin embargo, ninguno de los mundos, independientemente de su creador, floreció jamás y estaba condenado a marchitarse y morir debido a la guerra.
En algún momento durante la guerra interminable, el arcángel Tyrael ordenó que se construyera un bastión alrededor de la Piedra del Mundo. Esta fortaleza llegó a ser conocida como la Fortaleza del Pandemonium. Cambió de manos muchas veces durante el transcurso del conflicto y, como tal, sus rasgos estructurales y metafísicos sufrió modificaciones.
A veces, la guerra llegaría al cielo y al mismo infierno. Las Puertas diamantinas de los Altos Cielos fueron atacadas al menos cinco veces, pero nunca llegaron a atravesar las puertas. Asimismo, los ángeles asaltaron el infierno. Uno de esos asaltos se realizó contra el propio Mephisto en su propio reino, y otro contra la propia Forja del Infierno, donde Izual desapareció. Pero aun así, ninguno de los dos bandos pudo dominar al otro por mucho tiempo, pues siempre encontraron alguna forma de llevar el rumbo de la guerra a su favor.
Creación de Santuario[editar | editar código]
Mientras los ejércitos del Cielo y el Infierno se enfrentaban, Inarius y Lilith estaban desacordes por este conflicto interminable. Lideraron a un grupo renegado de ángeles y demonios de ideas afines para robar la Piedra del Mundo y usarla para crear un mundo propio, donde ángeles y demonios pueden coexistir pacíficamente lejos del Conflicto Eterno. A este mundo se le llamó Santuario
La desaparición de la Piedra del Mundo pronto llamó la atención tanto del Cielo como del Infierno, desconcertados por cómo un elemento tan poderoso para crear mundos desapareció sin dejar rastro.
La Guerra del Pecado[editar | editar código]
Finalmente, las fuerzas del infierno se enteraron de Santuario. No queriendo atraer la atención del Cielo, trabajaron en secreto para tratar de corromper a la humanidad a través de la Tríade. Inarius se opuso a ellos creando otra religión, la Catedral de la Luz, aunque tanto Inarius como Lucion, quien manejaba en secreto la Tríade, fueron derrotados por Uldyssian. Los Altos Cielos se enteraron de Santuario y se movieron para destruirlo. Sin embargo, el heroico sacrificio de Uldyssian hizo retroceder a ambos ejércitos y volvió a sellar el potencial de la humanidad con la manipulación de la Piedra del Mundo.
Tras esto, el Consejo de Angiris decidió preservar Santuario y se logró llegar a una tregua con los Infiernos Abrasadores. Ambas facciones respectarían su derecho a existir. Aunque, los Demonios Mayores no tenían intención alguna de mantener esa tregua.