Siggard era un hombre grande con una barba marrón y ojos grises. Él era un protector en el ejército del conde Edgewulf durante la Guerra del Pecado, donde sirvió al ejército de Entsteig. El ejército de Entsteig combatió al señor de los demonios Assur y sus fuerzas demoníacas en Blackmarch. Su ejército hizo un muro de escudos para hacer frente a sus enemigos pero los demonios, sin ningún temor, lograron atravesarlo.
Siggard despertó dos días más tarde, durante la Noche de las almas, sin memoria de lo sucedido. Lo único que recordaba es que él había sido parte de la pared de protección del ejército de Entsteig en Blackmarch, y que por una razón desconocida, ahora estaba en otra parte.
Viajó hacia Blackmarch para averiguar lo que sucedió con el ejército, y lo más importante, para proteger a su familia de cualquier peligro. En medio de su viaje se encontró con Tyrael (disfrazado), y un mago Vizjerei llamado Sarnakyle.
Siggard descubrió lo que le sucedió al ejército en Blackmarch y a su pueblo, y prometió su venganza sobre el responsable de su dolor, el señor de los demonios Assur, que era favorecido del Señor del Terror, Diablo.
El glifo enorme que puso Diablo en el pecho del demonio (mediante un hechizo oscuro), lo marcó como inmune a cualquier daño y no podía ser matado por ningún mortal. Sin embargo, Siggard mató Assur. Para su sorpresa, descubrió por qué se despertó sin recuerdos de ese día durante la Noche de las almas, y por qué fue capaz de matar a Assur. Siggard murió junto con la mayor parte del ejército de Entsteig. Sin embargo, Siggard no estaba muerto ni vivo. El suyo era un don especial.
Siggard "vivió" aproximadamente 800 años y sirvió al Arcángel Tyrael.