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Escritos de Abd al-Hazir/Archivist

Archivist, traducido como El Archivero, es el número de entrada 041 de los Escritos de Abd al-Hazir, un relato corto publicado el 1 de abril de 2009[1].

Texto[editar | editar código]

En mis escritos, he relatado historias sobre los bárbaros y sus interminables batallas contra los demonios del helado norte, he dedicado páginas enteras a los magos de Caldeum que hacen uso de las fuerzas del hielo y fuego. Pero el poder de estos héroes no es nada comparado con el poder de los archiveros de la Frontera del Oeste. Estas valientes almas atacan en la batalla blandiendo un libro y una pluma, no van armados con mallas ni placas embrujadas, sino con el conocimiento de generaciones pasadas. Los archiveros no sólo luchan por nuestro futuro, sino también por nuestro pasado.

Mi primer encuentro con un archivero tuvo lugar en las ruinas de la capital de Travincal. Mientras exploraba uno de los templos abandonados tiempo atrás, me atrajo el tenue resplandor de la luz de una antorcha a través de una puerta en la lejanía y, después, a medida que me acercaba sigilosamente, el sonido de una voz. Se podía sentir en el aire la inminencia de un peligro cercano y un impulso eléctrico me erizó los pelos de la nuca. Avancé lentamente, respiré hondo, agradeciendo la seguridad que me otorgaban las sombras de aquel pasillo tan largo. Y entonces lo vi.

Se encontraba rodeado y las amenazantes figuras de sus enemigos se abalanzaban sobre él. Tenía el cabello despeinado y descuidado, y sus crueles manos estaban cortadas y manchadas. Sin embargo, parecía rebosar una confianza suprema, como si una violencia oculta amenazase con explotar. Dio un salto hacia delante y sus manos agarraron las ataduras de cuero de su enemigo más cercano.

Los ojos del archivero buscaron una brecha, un punto débil. De repente, sus manos soltaron a su adversario y un crujido repugnante atravesó el aire en calma. Con el lomo roto, el libro cayó inmóvil en las manos, ahora dóciles, del archivero. Cuando llevó su forma inerte a la tenue luz, las páginas del antiguo libro se abrieron, revelando los secretos del texto. Recuerdo las palabras que leyó, el fervor religioso de su voz: "Aquí comienza la primera crónica de la vida del santo Akarat, profeta de Zakarum..." En las estanterías que se erguían a su alrededor, aguardaban cada uno de los libros.

Siento sumo respeto hacia los archiveros, esos guerreros de lo mítico y las leyendas. Conocemos sus nombres: Alimet Dos Plumas, maestro de la iluminación ambidiestra, Morienne la Escribana, una comadrona cuya poesía roba los corazones de los reyes y conmueve a tiranos, y Salazar Cid, el maestro de los copistas de Gea Kul, cuya ampulosa caligrafía se conoce en todas las tierras de Mares Gemelos y más allá. Pero estos son sólo algunos de los elegidos. Los miembros de su honorable fraternidad son muchos y cada día más numerosos.

En los oscuros días que temo que ya se disponen a llegar, muchas decisiones las tomarán las espadas y las hachas, el acero y los hechizos, pero creo que nuestra supervivencia recae en los pergaminos y los libros.[2]

Primero de abril[editar | editar código]

El relato corto Archivist es parte de una broma de Primero de abril, por lo cual podría no ser parte del canon del trasfondo oficial de Diablo.

Referencias[editar | editar código]


v · d · e Escritos de Abd al-Hazir
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Escritos de Abd al-Hazir