Nueva Tristán

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Tristán fue creada por magos Horadrim en el 1025 año kejistaní, justo encima de un monasterio horádrico. Allí fue encerrada la piedra del alma de Diablo, con la esperanza de que el demonio nunca escapase.

Años más tarde, con la llegada de un Rey del Este, Leoric, la ciudad prometía convertirse en la capital de todo un imperio. Su monasterio, entonces abandonado, se convertía en una Catedral Zakarum, bajo el mando del Arzobispo Lazarus. Pero Lazarus fue corrompido por el espíritu de Diablo, y poco después Leoric también caería presa de la locura.

En momentos oscuros, Diablo tomó el cuerpo del príncipe Albretch, hasta que fue derrotado por un valeroso Guerrero de Khanduras, ayudado por los sabios consejos del último Horadrim, Deckard Cain. Sin embargo, dicha victoria fue ilusoria, pues Diablo acabó adueñándose del cuerpo y alma del Guerrero y sumió a toda la ciudad en el Terror.

Tras los hechos acontecidos en los años 1262 y 1263, las hordas de Diablo dejaron casi destruída la que en su día fue la capital de todo un imperio.

Han pasado poco más de 20 años desde los acontecimientos de Leoric y Diablo. Una nueva ciudad ha sido levantada sobre las ruinas. Comerciantes empezaron hace años a llegar al lugar, y finalmente muchos se quedaron allí, haciendo resurgir la ciudad. Sin embargo, la afluencia de saqueadores contribuyó negativamente a este resurgir y actualmente la ciudad se encuentra inmersa en una total decadencia. Chozas y casas ruinosas y pobres pueblan el lugar. Uno de los supervivientes al anterior holocausto, Deckard Cain, ha vuelto para estudiar algunos de los manuscritos Horadrim de la antigua ciudad. Desde la propia Catedral, Cain investiga y estudia viejos textos para prevenir que Nueva Tristán y todo Santuario vuelvan a caer en manos del Infierno...

Trasfondo

Todos hemos oído las historias relativas a Tristán. Solo con pronunciar su nombre nos vienen a la mente imágenes de monstruosidades vivientes, posesión demoníaca, monarquía resultante en locura y, por supuesto, la mayor leyenda de todas: la liberación del Señor del Terror. Aunque algunos afirman que un extraño moho del pan o quizá un agente contaminante del agua enloqueció a la población con visiones, he visto demasiado en mis diversos viajes como para descartar semejantes historias. Dadas las circunstancias, tengo que decir entonces que mi viaje a lo que se llama ahora "Nueva Tristán" fue una decepción en cierta manera.

La existencia de Nueva Tristán data de hace varios años, aunque la fecha exacta de su fundación no está clara. Originalmente solo estaba formada por un grupo de mercaderes que buscaban aprovecharse de los aventureros y los viajantes atraídos por las leyendas sobre riquezas que albergaba la antigua catedral, pero poco a poco echó raíces y se convirtió en una ciudad consolidada. Sin embargo, cuando saquearon la catedral por completo, los aventureros y los viajantes dejaron de venir y Nueva Tristán comenzó su decadencia. Ahora la ciudad consta en su mayor parte de chozas deprimentes; la posada es el único lugar que parece mínimamente habitable.

Antes de que me despidiera de este inhóspito lugar, me arrinconó un excéntrico anciano que parecía tener un repertorio interminable de anécdotas y sabiduría folclórica que impartir. Me relató que aún había mucho valor en las profundidades de la catedral bajo la forma de tomos de antiguo origen y sabiduría. Tendré que creer en su palabra, pues debo admitir que, mientras estuve explorando los restos chamuscados de la "antigua" Tristán, no tuve la entereza estomacal para dar más que unos pasos dubitativos en aquella infame catedral de leyenda.[1]

Referencias

Enlaces externos