Piedra del alma

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Las Piedras del Alma fueron creadas por Tyrael en la cima del monte Arreat, en la cámara de la Piedra del Mundo. Con el propósito de encerrar en estos artefactos a los tres demonios; Diablo: Señor del Terror, Baal: Señor de la Destrucción y Mefisto: Señor del Odio.

El motivo fue que durante el exilio oscuro, estos demonios fueron expulsados del Infierno. Los demonios exiliados trasmitieron a los hombres sus esencias de odio, terror y destrucción provocando muertes y guerras sin sentido que causaron gran dolor a la humanidad. Con el propósito de detener esa locura, un arcángel llamado Tyrael reunió a algunos de los magos, supervivientes de la guerra entre magos, del mundo mortal para formar la orden de los Horadrim. Dicha coalición es la que se encargo de encerrar a los demonios en las Piedras del Alma.

Las piedras del alma eran entonces, el instrumento de los Horadrim legados por Tyrael para contener el alma de los males fundamentales, lo que no sabían es que Izual les había enseñado a corromperlas, de esta forma podrían ligar su alma a Santuario permanentemente, es decir, que al morir, su alma va a la piedra y no al vacío abisal.

En Diablo 3 se revela la existencia de una cuarta, La Piedra del Alma Negra. Su conexión con las otras piedras es por ahora desconocida.



La Naturaleza de las Piedras Alma

Fue hace mucho tiempo que el enigmático Arcángel Tyrael nos reveló los secretos de las misteriosas Piedras Alma. Tyrael entregó a nuestra orden tres de estas Piedras para que pudiéramos contener en ellas las viles esencia de los Tres Demonios Primarios que habían sido liberados en nuestro mundo. Aunque estos artefactos habían sido construidos en reinos muy lejanos al nuestro, descubrimos que eran sencillos de comprender. En su momento, se crearon tres Piedras del Alma, una para cada Mal Fundamental.

-Roja (Terror-Diablo)

-Azul (Odio-Mefisto)

-Amarilla (Destrucción-Baal)

Las Piedras Alma afectan solamente a seres no corpóreos, y no tienen poder alguno sobre las criaturas vivas que respiran. Al invocarlas, las Piedras Alma atraen hacía sí un fuerte vacío "espiritual". Cualquier entidad no física atrapada por este vacío, es arrastrada hacia los ardientes confines de la Piedra Alma y queda por siempre atrapada en su interior. Estos espíritus son liberados únicamente cuando la Piedra Alma es desactivada o destruida.

El poder de las Piedras Alma demostró ser mucho más difícil de utilizar cuando lo aplicamos contra los grandes Demonios Primarios. Vorazmente dispuestos a poseer a infelices mortales, los Tres Hermanos descubrieron que era inmunes a los efectos de las Piedras mientras ocupaban almas mortales. Desgraciadamente, nos vimos obligados a cazar y asesinar a las inocentes víctimas de los Demonios Primarios para que sus esencias demoníacas pudieran estar sujetas a los efectos de las Piedras Alma.

Mephisto y Diablo, una vez encontrados, fueron fácilmente arrastrados hacia las Piedras Alma. La captura de su hermano Baal, sin embargo, se complicó cuando la Piedra Alma que iba a ser su prisión eterna, se rompió y fragmentó. Descubrimos que aunque los añicos aún tenían el poder de arrastrar al demonio hacia ellos, no podían contenerlo adecuadamente. Zoltun Kulle teorizó que un mortal de fuerte voluntad podría ser capaz de contener a Baal en el interior de su alma inmortal. Este sacrificio significaba que la esencia del mortal escogido sería torturada para siempre en eterno conflicto con el demonio atrapado. Tal Rasha se ofreció voluntario para contener al iracundo Señor de la Destrucción.

Desgarrado su pecho con un cristal de la Piedra Alma y encajándolo en él, Tal Rasha tomó dentro de sí la esencia de Baal, el Señor de la Destrucción. El cuerpo del Iniciado fue encadenado y enterrado en una profunda tumba bajo el desierto. El sacrificio de Tal Rasha ha mantenido preso a Baal durante muchos años, y aunque el demonio fue atrapado sin usar una Piedra Alma completa, creemos que nuestra victoria pueda ser hueca. Si Tal Rasha escapase alguna vez, tendría los formidables poderes del Baal añadidos a los suyos. Librando hoy al mundo de este Mal, podemos haber creado una pesadilla peor que la que en un principio quisimos contener...


La Corrupción de las Piedras del Alma

Lo que los Altos Cielos no sabían era que las Piedras del Alma formaban parte del plan que los Males Fundamentales habían elaborado para comenzar su invasión a Santuario. Los tres señores demoníacos averiguaron por Izual que podían usar el poder de las Piedras del Alma para corromper la Piedra del Mundo mientras permaneciesen en Santuario.

El primer en tomar el control de su Piedra del Alma fue Mefisto, el Señor del Odio. Extendió su influencia a lo largo de las filas de los Zakarum y consiguió corromper las tierras de Kurast.

El segundo en despertar fue Diablo, el Señor del Terror. Es posible que fuera liberado indirectamente por Mefisto; el Arzobispo Lázarus fue un alto sacerdote Zakarum, y ya estaba corrupto cuando entró al servicio del Rey Leoric.

Baal no fue tan afortunado como sus hermanos debido a cómo estaba encerrado, no podía romper sus ataduras por sí solo.

Después de que Diablo se liberó, Marius, acompañado por el Nómada Oscuro, quitó la piedra del pecho de Tal Rasha, liberando a Baal.

Al final de Diablo II, se ve que las Piedras del Alma de Diablo y Mefisto son destruidas en la Forja de los Infiernos, sin embargo Baal conserva la suya. Pese a su derrota, el plan de Baal triunfo, el demonio antes de su muerte consiguio fusionar su piedra del alma con la piedra del mundo, llevando asi a Tyrael a destruira.