La Orden de los Zakarum es una de las religiones devotas de la Luz, pero condenada a la corrupción, se convirtió en el instrumento de la resurreción de los Tres Grandes Males.
Formación
En una edad pasada, el Arcángel Yaerius visitó a un joven asceta llamado Akarat, le reveló los patrones que debía seguir para crear la religión de los Zakarum. Estas enseñanzas debían surgir por la necesidad de resistirse a todo mal y abrazar con total devoción a la luz. El Arcángel dijo a Akarat que él debía ser el profeta de estas nuevas enseñanzas, y que debía pregonarlas a lo largo de todo el mundo. Esta nueva religión iba dirigida a el hombre de a pie, y la gente de Kurast rápidamente la aceptó. Pronto surgieron muchos líderes, y en medio siglo los Zakarum se convirtieron en la principal fuerza política en el Este.
Organización
Los Zakarum se establecieron en la ciudad de Travincal, Kurast. Su concilio rector, el Alto Concilio de los Zarakum, gobernaba desde el majestuoso Templo de la Luz en el centro de Travincal. La máxima autoridad Zakarum era el Que-Hegan. Tras éste se situaban los siete arzobispos, que junto con el Que-Hegan formaban el Consejo Superior de Zakarum y los rangos más bajos los conformaban paladines y caballeros.
Acontecimientos Actuales
Tras la captura de Mefisto, su Piedra del Alma fue guardada en las profundidades del Templo de la Luz. Allí Mefisto extendió su influencia por todos los miembros de los Zakarum. Les obligó a crear el Compelling Orb, el cual amplió la influencia demoníaca por todo Kurast. El único que se resistió a la corrupción fue el Que-Hegan Khalim. Sabiendo esto, Mefisto ordenó a sus seguidores asesinar a Khalim y desmembrarlo, para luego repartirlo por todo Kurast.
Tan pronto como dicha labor se llevó a cabo, Mefisto ordenó al Alto Consejo que le liberasen de su prisión. Para ello seis fragmentos de la Piedra del Alma fueron situados en las palmas izquierdas de los los sacerdotes del Alto Consejo. El séptimo y más grande fragmento fue introducido en Sankekur, el cual se convirtió en el huésped vivo de Mefisto. El Señor del Odio utilizó su nueva forma para conseguir nuevos seguidores y así poder realizar sacrificios humanos.
Pronto, Mefisto envió a su siervo predilecto, el Arzobispo Lazarus, a los bosques de Westmarch para liberar a Diablo, que esataba encerrado en Tristan. El Templo de los Zakarum perdió su antigua gloria y el Templo de la Luz pronto fue renombrado como el Templo Engrecido. Hordas de fanáticos Zakarum siguen permaneciendo en las calles de Travincal, aterrorizando a los nativos