Diferencia entre revisiones de «Bul-Kathos»

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En Túr Dúlra, el mayor de los colegios de druidas, se mantiene el magnífico sauce Glór-an-Fháidha. Este árbol es el recurso más reverenciado por los druidas para guías y enseñanzas. Bajo sus ramas, durante siglos, los druidas de Scogslen han estado aprendiendo no sólo su poderoso arsenal de magia natural, sino también las habilidades marciales que habían heredado de su ascendencia bárbara. Ellos hicieron esto porque creían que ellos serían la última línea de defensa del mundo cuando llegara el gran conflicto. Repartiendo con furia golpes contra los habitantes de los Infiernos Ardientes, los druidas, por fin, han emergido de sus bosques, marchando hacia su batalla final contra los siervos del Caos.  
En Túr Dúlra, el mayor de los colegios de druidas, se mantiene el magnífico sauce Glór-an-Fháidha. Este árbol es el recurso más reverenciado por los druidas para guías y enseñanzas. Bajo sus ramas, durante siglos, los druidas de Scogslen han estado aprendiendo no sólo su poderoso arsenal de magia natural, sino también las habilidades marciales que habían heredado de su ascendencia bárbara. Ellos hicieron esto porque creían que ellos serían la última línea de defensa del mundo cuando llegara el gran conflicto. Repartiendo con furia golpes contra los habitantes de los Infiernos Ardientes, los druidas, por fin, han emergido de sus bosques, marchando hacia su batalla final contra los siervos del Caos.  
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Revisión actual - 13:52 27 ago 2020

Nacido de la unión entre un ángel y un demonio, Bul-Kathos es uno de los primeros Nephalem, también conocido como el Rey inmortal, Señor de los antiguos. Después de que Lilith asesinara a todos los ángeles y los demonios renegados de Santuario, incluyendo a sus padres, varios Nephalem trataron de tomar el poder de la Piedra del Mundo por sí mismos. Bul-Kathos y otros Nephalem destinados a protegerlo, lucharon para proteger la Piedra del Mundo. Tuvieron éxito en la detención de los asaltantes, y se comprometió a seguir protegiendo el Monte Arreat. Con el paso de los siglos el conjunto Nehpalem destinados a hacer guardia en la montaña fueron muriendo, con la excepción de Bul-Kathos que se convirtió en uno con la tierra donde dormía.

De su familia sólo se conoce a Vasily, su hermano.

Historia

Bul-Kathos, también conocido como el Rey Inmortal, era un gran y antiguo rey bárbaro que organizó las tribus que, hasta nuestros días, se llaman a sí mismas como los Hijos de Bul-Kathos. Él también es uno de los pocos Nephalem.

Bul-Kathos es mayormente conocido por mantener unidas las tribus bárbaras y dejar a la gente bajo la importante vigilancia de la protección del Monte Arreat y del mundo de piedra de su interior. Mientras no se sabe si incluso los bárbaros sabían que el mundo de piedra estaba en su interior, o qué tipo de poder tenía, Bul-Kathos es el más reverenciado bárbaro de todos los tiempos, y los bárbaros se llaman a sí mismos Hijos de Bul-Kathos en su honor.

Los hombres de los Reinos del Oeste dieron a las tribus el epiteto de “bárbaros” porque ellos sólo veían el aspecto externo de la gente, pero en el interior, son gente honorable, con las enseñanzas de Bul-Kathos como guía.

Bul-Kathos conocía los secretos de los Antiguos, los misterios que se escondían bajo del Monte Arreat y de las profecías que avisaban de los tiempos oscuros venideros. Él compartió estos secretos con un íntimo amigo (o posiblemente su hermano) llamado Fiacla-Géar (Nota del Traductor: en druídico, traducido como Diente-Afilado / Sharp-Tooth). Cuando los dos comenzaron a enseñar a sus gentes cómo proteger los secretos, no compartían la misma visión de tal educación.Bul-Kathos creía que sólo uniendo a las tribus y enseñándolas una estricta disciplina marcial podían las tribus concentrarse en su meta durante las generaciones venideras.

Por su parte, Fiacla-Géar creía que sólo a través de un entrenamiento espiritual con la tierra que habían jurado proteger podría hacer que la gente apreciara realmente la importancia de su papel. Ambos aceptaron la filosofía del otro, así mientras Bul-Kathos unió las tribus, Fiacla-Géar recogió un grupo reducido de poetas guerreros y chamanes y, misteriosamente, se adentraron en los bosques que rodeaban el área de Scogslen. Allí Fiacla-Géar y su gente crearon los primeros colegios de druidas, enormes torres de piedra cubiertas de zarzas que los ocultaban y daban protección en lo denso de los bosques. Allí descubrieron un nuevo modo de vida, crearon una nueva cultura que los llevaría hasta el momento del Uileloscadh Mór, la batalla final entre los hombres y los demonios de los Infiernos Ardientes.

En Scogslen, en preparación para el conflicto, él enseñó a su gente el Caoi Dúlra, un modo de pensamiento que mantiene la armonía con los elementos naturales del mundo, sus plantas y animales, como el corazón de sus más intrínsecas creencias, porque ellos son la personificación de todo el mundo. No sólo era el Caoi Dúlra la base de su sistema de valores, también a través del estudio y la práctica los druidas aprendieron a unirse con las entidades naturales de Santuario. Su unión fue tan absoluta que eventualmente descubrían como hablar con plantas y animales, y estos seres les enseñaron todos los secretos del mundo natural. Ellos les enseñaron métodos para llamar animales desde la distancia, como invocar plantas de la tierra, modos de cambiar sus propias formas para compartir las fuerzas de sus primos animales e incluso, aunque con limitación, técnicas para controlar el clima.

En Túr Dúlra, el mayor de los colegios de druidas, se mantiene el magnífico sauce Glór-an-Fháidha. Este árbol es el recurso más reverenciado por los druidas para guías y enseñanzas. Bajo sus ramas, durante siglos, los druidas de Scogslen han estado aprendiendo no sólo su poderoso arsenal de magia natural, sino también las habilidades marciales que habían heredado de su ascendencia bárbara. Ellos hicieron esto porque creían que ellos serían la última línea de defensa del mundo cuando llegara el gran conflicto. Repartiendo con furia golpes contra los habitantes de los Infiernos Ardientes, los druidas, por fin, han emergido de sus bosques, marchando hacia su batalla final contra los siervos del Caos.