Mucho ha dado que hablar el espectacular trailer cinemático con el que Blizzard presentó al mundo en la BlizzCon 2019 la nueva entrega de una de sus más admiradas franquicias: Diablo IV. Pero... ¿qué podemos extraer de él?
A continuación os dejamos la traducción de un fabuloso artículo publicado en PCGamer, en el que intentan desgranar el trailer para buscar referencias en las cuales se basa Blizzard a la hora de desarrollar la historia de Lilith y del propio universo de Diablo.
En Diablo IV tendrá lugar la presentación de Lilith. Si bien ha sido mencionada muchas veces a lo largo de Diablo II, solo fue vista brevemente durante el evento del Pandemonium. Su presentación en la nueva cinemática, o su nacimiento, desde un charco de sangre flotante, presagia el papel fundamental que tendrá en Diablo IV.
Durante el anuncio, los desarrolladores prometieron regresar a la oscuridad de Diablo II y mostrar más ocultismo. Mucho más ocultismo. Parece que pueden cumplir esa promesa en la historia, aunque la demo de la BlizzCon nos recordó que Diablo IV sigue siendo un juego de "hacer clic y encontrar botín". Lilith tiene una larga historia en la religión y la tradición religiosa, por lo que hay bastante contenido para extraer. Basado en la cinemática y su simbología, a continuación se mostrarán algunas conjeturas acerca de como se podría desarrollar Diablo IV.
Para empezar, el número tres predomina en todo el trailer cinemático. Lo vemos simbólicamente como una gran talla que encuentran con sus antorchas los saqueadores. Lo volvemos a ver cuando estos saqueadores son colgados bocabajo mientras les drenan la sangre para invocar a Lilith. El número tres tiene muchos significados en muchas religiones y pueblos diferentes, pero tradicionalmente es indicador de equilibrio y armonía, o una reconciliación de un conflicto entre dos extremos.
En la historia de Diablo, Lilith se encontraba cansada del Conflicto Eterno: la guerra sin fin entre los Altos Cielos y los Infiernos Abrasadores. Ella y un ángel, Inarius (junto con otros ángeles y demonios renegados), quien se convirtió en su amante, crean un nuevo mundo llamado Santuario, formando así un "triángulo" entre los tres mundos. Pero Lilith no lo hizo para traer equilibrio y armonía, si no para escapar, al menos inicialmente. Aunque finalmente llegó a ver a Santuario como la solución para acabar con el Conflicto Eterno.
No podría hacerlo sin un ejército, por lo que da a luz a sus propios hijos y de Inarius, llamados nephalem, mitad ángeles y mitad demonios. Con el paso del tiempo esos hijos comenzaron a tener descendencia y los renegados comenzaron a temer que los Cielos o los Infiernos conocieran la existencia de Santuario, por lo que quisieron destruir a su descendencia. Lilith, contraria a esta idea, asesinó a todos los rebeldes. Inarius, decepcionado por ello, la expulsó de Santuario.
En el trailer de Diablo IV Lilith es traída de vuelta, y parece tan contrariada como el día que fue expulsada de Santuario. Gran parte de su historia ficción en Diablo proviene de la mitología judía y su tradición (aunque los mismos pasajes de la biblia hebrea aparecen también en muchas versiones del Antiguo Testamento cristiano). Hay muchas similitudes entre la Lilith de Diablo y la Lilith mitológica.
En la tradición judía se dice que Lilith fue la primera esposa de Adán. La mitología de los vampiros (o la grecorromana) también la considera el punto de partida del vampirismo, por lo tanto, traerla de vuelta en Diablo IV requeriría un sacrificio de sangre. Abrir la puerta del templo en la cinemática también requiere un sacrificio de sangre. La sangre, ya sea en vampirismo o no, es usada en rituales. También es, literalmente, una fuerza vital. Por ejemplo, los católicos consideran el vino de la eucaristía la sangre de Cristo. "Con tres comienza, con tres se abre tu camino", dice uno de los protagonistas de la cinemática. "La sangre es la clave".
Lilith también se llama "lamia" en el libro de Isaías 34:14 de la Vulgata, una traducción de la Biblia de finales del siglo IV que se convirtió en la versión oficial de la Biblia en la Iglesia Católica en siglo XVI. Lamia, en la mitología griega antigua, era una mujer que devoraba niños después de que Hera matara a sus hijos, los cuales fueron engendrados junto con Zeus. Lamia también ha llegado a ser sinónimo de vampiro en algunas culturas. También una biblia católica de los años 50 del siglo XX usa el término de lamia en otro lugar: "Y los demonios y los monstruos se encontrarán, se gritarán unos a otros. Allí la lamia reposa, y ha encontrado descanso para sí misma". Sangre, vampiros, lamia, Lilith... todo está relacionado.
Pero la sangre y el número tres solo son una pequeña parte de la mitología que parece haber inspirado a la Lilith de Diablo, que como ya hemos dicho aparece en Isaías 34:14 y el resto de la tradición judía. Santuario es una referencia al Mar Rojo, donde Lilith fue enviada tras abandonar a Adán en el Jardín del Edén. Dios envió tres ángeles (Senoy, Sansenoy y Semangelof) para traerla de vuelta, de la misma forma que se necesitan a tres para traerla de vuelta en el universo Diablo. Pero Lilith no quería abandonar el Mar Rojo, no solo porque no estaba contenta con Adán, ya que este no la trataba como su igual, sino también porque de alguna manera logró de dar a luz a cientos de demonios. En este caso no procreó con un ángel caído como Inarius, pero sí pobló este área con sus descendencia.
Los tres ángeles no estaban contentos con lo que había hecho, pero aún así le dieron la oportunidad de regresar al Edén. Ella se negó, pero llegó a un acuerdo con los ángeles: perdonaría a cualquier niño humano con el que se encontrara que llevara alguno de los símbolos de los tres ángeles. Ellos accedieron, pero Dios ordenó que cien de los hijos demonios de Lilith murieran todos los días. Ella, lógicamente molesta, mataba algunas veces a su propia descendencia si no podía matar a un niño humano.
Volviendo a los nephalem de la historia de Diablo, guarda similitud con los nephilim de la Biblia, que se han interpretado como los "hijos de Dios" y las "hijas de los hombres", o como gigantes o ángeles caídos, dependiendo del versículo de la Biblia que se tome de referencia, o de la tradición judía o cristiana. Nephalem y Nephilim son referencias al mismo tipo de criatura mitológica.
En la historia de Diablo, Inarius hizo que los poderes de los nephalem menguaran con el tiempo, lo que provocó el nacimiento de los mortales, la humanidad. En la tradición religiosa, algún acontecimiento provoca la extinción de los nephilim o su evolución a los mortales generaciones después. En la historia de Noé, el diluvio universal que Dios manda sobre la faz de la tierra, se interpreta a veces como la acción de Dios para destruir a los nephilim.
Lilith, y toda la historia que trae consigo, es tan misteriosa como lo es para la mitología religiosa, y es perfecta para expandirlo en Diablo IV si su misión es sumergirnos en horrores bíblicos. Lilith ha regresado con sed de venganza.
La pregunta principal es quién está detrás del culto que quiere traerla de regreso y por qué. El Conflicto Eterno no ha terminado nunca, y con Lilith de vuelta, probablemente esté más cerca de su conclusión, de encontrar a Inarius y desatar los demonios en el mundo como venganza. Tal vez el caos que pueda causar en Santuario uniera a los Cielos y los Infiernos en una causa común.