Hace un par de semanas, coincidiendo con mi cuarentena personal (de la que ya salí), estuve anotando varias ideas aleatorias sobre el potencial que podría tener nuestra futura visita al Infierno en Diablo IV. La única información que tenemos es que, ciertamente, iremos al infierno, pero no sabemos nada más aún. Dejo aquí escritas varias de las cosas que me vienen a la cabeza, por si os apetece uniros y hacer un poco de especulación sana.
Lo primero: ¿Iremos realmente al infierno? Pensemos en las incursiones realizadas en pasados juegos. En Diablo 2 travesamos un portal en Kurast que nos lleva al Infierno, pensando en este último como reino totalmente separado de Santuario. Pero en el caso de Diablo I y Diablo III, hasta donde sé, no llegamos a salir de Santuario: es el Infierno el que ha invadido Santuario (literalmente, un trozo de Infierno se ha manifestado en nuestro mundo).
No tenemos ninguna pista sobre qué sucederá en Diablo IV. La cita final del Horadrim en el trailer de juego "Hell is coming" podría ser una pista, aunque mi sensación es que es la frase es un recurso literario molón sin más.
Segundo: ¿Cuándo iremos al infierno? Diablo IV promete tener una campaña no lineal en la que podremos viajar por diferentes regiones en el orden que queramos. Por tanto, tiene sentido reservar para el final un área que no sea accesible desde el mapamundi principal. De este modo, podríamos jugar el mundo abierto como queramos, asegurando que el broche final de la historia sólo sucederá una vez completados una serie de objetivos en la superficie que nos desbloqueen el acceso al último segmento: el Infierno.
Respecto a este planteamiento, también hemos de pensar que el juego promete expansiones y, por consiguiente, nuevas regiones y nuevos episodios de historia. Será curioso ver cómo casar el planteamiento anterior con un mundo que pretende seguir expandiéndose con el tiempo.
Tercero: ¿Será una mazmorra, o una nueva región? Probablemente dependa del planteamiento de la historia. Si el papel del Infierno fuese el de bajar para un encuentro con un jefe final, quizás 2-3 niveles de mazmorra fuesen suficientes para dar pie a dicho encuentro. Pero, ¿y si se plantease como una región, similar a las 5 regiones de la superficie (probablemente más pequeña, pensemos en el acto IV de Diablo II comparado con el resto de actos)? En este caso, el infierno podría acabar siendo un mapa fijo con sus propias mazmorras, zonas PVP, misiones y contenido endgame.
Otra alternativa podría ser implementar el infierno como una mecánica endgame propiamente. Por poner ejemplos: que fuese un lugar especial donde encontrar versiones uber de los jefes del juego, o que se manifestase como una serie de mazmorras de alta dificultad que aparezcan aleatoriamente en el mapa de Santuario, o que consistiese en una mazmorra infinita de dificultad ascendente, etc.
Finalmente: ¿Qué pinta tendrá? El arte que mostraron en la Blizzcon apunta a los cásicos ríos de fuego y lava, y con bastante seguridad tendremos algo así. La cuestión es: ¿habrá nuevos escenarios? En Diablo II tuvimos la ciudad de los malditos, un área gris y desolada repleta de almas en pena, mientras que en Diablo III tuvimos las torres de Azmodan, con un curioso (y tedioso) diseño circular y gargantuescos demonios torturados en su interior. Ambos son ejemplos de alternativas al clásico río de llamas que tanto hemos visto ya, y sin duda el Infierno es el mejor escenario del juego para explorar los diseños más oscuros, perturbadores e imposibles que los desarrolladores se atrevan a recrear. Y sinceramente, tras ver lo bien que pinta a nivel gráfico Diablo IV, tengo una gran expectación por ver hasta dónde es capaz de llegar el nuevo equipo con el diseño de escenarios de esta región.
Gracias por leer el tochopost. Espero que os haya despertado curiosidad y os animo a compartir qué esperáis ver de el Infierno en Diablo IV y qué creéis que nos deparará el futuro.